El poder de la respiración
La respiración es un proceso natural e involuntario y es nuestro acto más instintivo. Mejorar nuestra propia respiración es mejorar nuestra salud a todos los niveles. ¿Pero cómo respirar eficientemente?
Por la nariz se respira y por la boca se come.
Para asegurarnos de que nuestros músculos, órganos y sangre estén recibiendo las cantidades correctas de oxígeno, tenemos que acondicionar al cuerpo para que respire una cantidad saludable de aire durante los períodos de descanso y de actividad física suave o moderada. Esto a su vez reducirá la falta de aliento durante el esfuerzo físico, ya sea entrenando o en un trabajo que demande mucho esfuerzo físico.
El oxígeno es el combustible que necesita el cuerpo para trabajar eficientemente, pero no por respirar un mayor volumen de aire se aumenta la oxigenación en sangre. Así mismo, tampoco es el oxígeno el que ejerce la influencia principal en la eficiencia física, sino que es el dióxido de carbono.
El CO2 es la puerta que permite que el oxígeno llegue a nuestros músculos.
El dióxido de carbono es un producto final del proceso natural de descomposición de las grasas y los carbohidratos que consumimos. Este CO2 vuelve de los tejidos y las células a los pulmones a través de los vasos sanguíneos y todo el exceso se exhala. Sin embargo, una parte crucial del cociente de dióxido de carbono del cuerpo se retiene al exhalar. Una respiración adecuada depende de que se retenga en los pulmones la cantidad adecuada de este gas.
Al respirar más de lo necesario se exhala demasiado dióxido de carbono de los pulmones, lo que equivale a que se dificulte el paso del oxígeno. Si respiramos demasiado durante mucho tiempo, de días a semanas, se produce un cambio bioquímico en nuestro interior que genera una menor tolerancia al dióxido de carbono. Esto tiene como resultado un exceso crónico de respiración o hiperventilación, con todos sus efectos negativos, como la sensación de letargo o agotamiento.
El dióxido de carbono desempeña funciones vitales en el cuerpo humano como:
- Descarga de oxígeno de la sangre para utilizarse en las células.
- Dilatación del músculo liso en las paredes de las vías respiratorias y en los vasos sanguíneos.
- Regulación del PH en sangre.
Al respirar despacio y con suavidad por la nariz, llevamos también óxido nítrico a los pulmones y a la sangre, desempeñando un papel importante en la vasoregulación (la apertura y cierre de los vasos sanguíneos), en la homeostasis (la forma en que el cuerpo mantiene un estado de equilibrio fisiológico estable para seguir vivo), en la neurotransmisión (el sistema de mensajería interior del cerebro), en la defensa inmunitaria y en la respiración. Ayuda a prevenir la hipertensión, a reducir el colesterol, a mantener las arterias jóvenes y flexibles y previene la obstrucción de las arterias. Este gas actúa también como mecanismo de defensa contra los microorganismos a través de su actividad antiviral y antimicrobiana, con lo que reduce potencialmente el riesgo de enfermedades, mejorando así la salud.
La respiración bucal evita este gas tan poderoso y todos sus beneficios. Con una respiración bucal se activan las respuestas de lucha o huida en el cuerpo, generando estrés, ansiedad y poca capacidad de oxigenación, entre otros efectos negativos para nuestro cuerpo. Cuando respiramos por la boca, activamos la parte superior del tórax, generando tensión en el diafragma. Sin embargo, al respirar por la nariz colaboramos en garantizar una respiración abdominal, regular, constante y en calma, mediante la estimulación del diafragma, activando también el sistema parasimpático del cuerpo.
Si hacemos el sonido "mmmmmm"
en la exhalación mientras meditamos, por ejemplo, aumentamos el óxido nítrico
hasta quince veces más que si lo hacemos en silencio.
Sin conocer la teoría científica, diferentes escuelas espirituales desde tiempos inmemoriales, se benefician de esto que ahora la ciencia explica.
Los salmos, los mantras, el sonido "OM" traen la sensación asociada de tener la mente en calma, que es la puerta de entrada a la conciencia de nuestro ser y el camino a la autorregulación.
